Un hospital madrileño anula la operación programada a una paciente porque no había anestesista
La sanidad pública española ha perdido 53.000 empleos en dos años

Un portavoz del hospital reconoció ayer que la intervención de Moreno fue suspendida, pero no precisó cuántas operaciones programadas más dejaron de realizarse. También confirmó que fue la falta de un anestesista lo que provocó que ese quirófano no estuviera operativo y lo atribuyó a que el día anterior otra cirugía de cáncer se prolongó durante 16 horas, hasta las dos de la madrugada, y que “por seguridad se decidió que el equipo descansara y se pospusieran las operaciones programadas”. Añadió que la operación de Moreno, que “no es grave”, se volverá a programar “en breve”. El portavoz no precisó si es habitual que se suspendan intervenciones en jornada laboral ordinaria por este motivo ni si ha ocurrido en más ocasiones que no se pueda reemplazar a un profesional.
Para Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública, este caso ejemplifica el problema que están creando en los hospitales los recortes de personal: “Cuando se funciona con plantillas al límite, cualquier situación perfectamente previsible como la falta de un profesional genera estos problemas. Antes había suficiente personal de reserva y se podían cubrir estos huecos o redistribuir las operaciones en otros quirófanos”. “Es un caso de mala organización y planificación”, concluye, y recuerda que el sistema sanitario público “ha perdido 53.000 trabajadores” en los dos últimos años.
Moreno decía ayer en su casa, en Vallecas, que está esperando a que la vuelvan a llamar para ofrecerle otra cita, y que confía en que sea en su hospital, el Gregorio Marañón, y no en una clínica privada. Asegura que las enfermeras le dijeron que al menos a otro paciente de su planta también le habían suspendido la operación esa misma mañana. Como resultado de un accidente, a Moreno la operaron hace años para practicarle una colostomía —una abertura en la pared abdominal que permite la salida de las heces— que cada cierto tiempo le provoca una hernia, uno de los problemas más comunes tras una intervención de este tipo.
“Ni los médicos ni las enfermeras tienen la culpa de nada de todo esto”, insiste Moreno, que ya ha sido intervenida varias veces en este hospital y dice estar muy contenta con la atención que ha recibido. De su personal asegura que le “ha salvado la vida”. “Es un problema de administración, de gestión”, afirma. La paciente, animada por los propios trabajadores, ha presentado una reclamación en el centro. “La queja no la he puesto contra los médicos, lo he dejado claro en la explicación, sino contra la gestión que permite que, al estar el hospital tan escaso de personal, una complicación el día anterior provoque que un quirófano esté parado”, asegura. “No me ofrecieron esperar a la tarde, ni pasar la noche allí y operarme al día siguiente. Supongo que ya tenían cirugías programadas que no se podían cambiar”, concluye.
Fuente: El País
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